La vida de pareja es un desafío en sí mismo, ya que es encontrar un equilibrio entre el deseo, proyección, subjetividad, personalidad, costumbres, creencias, etc., en cada miembro de la pareja. La pareja constituye, aunque de forma no consciente, una vuelta al pasado amoroso, a la forma en la que establecimos nuestros vínculos afectivos y emocionales, por tal motivo es importante entender que somos el 50% de la dinámica que no nos hace felices, y por tanto también nos hace responsables del cambio.
Situaciones relacionadas con el desempleo, problemas familiares, enfermedades, o bien características de la personalidad, o incluso problemas no resueltos que cada uno arrastra de su pasado, son factores frecuentes que promueven conflictos de pareja. En estos casos, la poca comunicación, la incomprensión y el desinterés obstaculizan todavía más el bienestar de la misma.